Entre los fríos de un martes hecho para prender estufas, una mujer deja un rato su casa y va hasta un lugar que ella y su familia sienten propio. Llega, se ubica entre decenas de personas que también sienten que ese es un lugar propio, encara a un grupo de analistas del deporte que está dando una charla y pregunta: "¿En otras partes del mundo hay clubes como Lanús?" La mujer hace la pregunta justo en una sede del club Lanús, una sede donde hay chicos que surcan la escuela primaria, una sede en la que se reivindica que ser una persona es, entre otras cosas, integrar una comunidad, una sede que es de todos los socios y no de ningún potentado privado, una sede llena de vida.
Dos días más tarde, esa mujer y muchos más recibirán un desencanto deportivo cuando Lanús, su Lanús, termine vencido por 4 a 0 en un partido de la Copa Sudamericana. Será un hecho frustrante, pero no impedirá que los pibes que van a la escuela de Lanús sigan aprendiendo, y que los que hacen muchos deportes en Lanús continúen en eso.
Coincidencia: en las horas en las que Lanús soñaba y perdía, se divulgaron miserias institucionales del Barcelona, del mismo Barcelona que exhibe al mejor equipo de fútbol del planeta. Hubo historias de espionajes en los cuerpos directivos, donde actúan individuos que no poseen nada de la lucidez ideológica y moral de Pep Guardiola, el entrenador de ese equipo brillante. El periodista Miguel Rico, de El Mundo Deportivo, dijo: "Es el equipo quien sostiene al club y no el club el que sostiene al equipo... cosa que, sin duda, sería siempre lo deseable".
Difícil que a Lanús le suceda lo que al Barcelona porque en Lanús es la idea de club la que sostiene todo. Seguro que sufrirá crisis diversas -crisis de crecimiento, crisis de fútbol, otras crisis- porque los que existen y prosperan tienen crisis. Sin embargo, nada de eso es más fuerte que un proyecto que demuestra cada día y hace años que desde un club es posible construir proyectos democráticos y populares. Por eso a la mujer de la pregunta habrá que contestarle, en el triunfo y especialmente en la derrota, que si Lanús va a mano o a contramano del mundo no importa. Y que no sería nada feo que alguna vez sea el mundo el que se parezca a Lanús
Dos días más tarde, esa mujer y muchos más recibirán un desencanto deportivo cuando Lanús, su Lanús, termine vencido por 4 a 0 en un partido de la Copa Sudamericana. Será un hecho frustrante, pero no impedirá que los pibes que van a la escuela de Lanús sigan aprendiendo, y que los que hacen muchos deportes en Lanús continúen en eso.
Coincidencia: en las horas en las que Lanús soñaba y perdía, se divulgaron miserias institucionales del Barcelona, del mismo Barcelona que exhibe al mejor equipo de fútbol del planeta. Hubo historias de espionajes en los cuerpos directivos, donde actúan individuos que no poseen nada de la lucidez ideológica y moral de Pep Guardiola, el entrenador de ese equipo brillante. El periodista Miguel Rico, de El Mundo Deportivo, dijo: "Es el equipo quien sostiene al club y no el club el que sostiene al equipo... cosa que, sin duda, sería siempre lo deseable".
Difícil que a Lanús le suceda lo que al Barcelona porque en Lanús es la idea de club la que sostiene todo. Seguro que sufrirá crisis diversas -crisis de crecimiento, crisis de fútbol, otras crisis- porque los que existen y prosperan tienen crisis. Sin embargo, nada de eso es más fuerte que un proyecto que demuestra cada día y hace años que desde un club es posible construir proyectos democráticos y populares. Por eso a la mujer de la pregunta habrá que contestarle, en el triunfo y especialmente en la derrota, que si Lanús va a mano o a contramano del mundo no importa. Y que no sería nada feo que alguna vez sea el mundo el que se parezca a Lanús
[ Clarín Deportes - 27/09/2009 ]